Para nadie causa sorpresa afirmar que Guatemala tiene serios desafíos educativos, caracterizados por la baja cobertura y bajos aprendizajes. Sin embargo, la situación real es aún más complicada que lo que hasta los más pesimistas podrían pensar. Analizando las estadísticas del censo de población del 2018 para la población de 18 años y más, se puede notar que lamentablemente el 65% de la población o no terminó la educación primaria o únicamente logró aprobar hasta sexto primaria. El 10% de la población alcanzó como máximo el Ciclo Básico, el 17% para el caso del Ciclo Diversificado, el 7% para estudios universitarios y 1% títulos de postgrado. ¿Es lo anterior suficiente información para deprimirles? Lamentablemente el problema es mucho mayor al solo ver esos números, ya que una cosa es haber obtenido un título y otra cosa es haber aprendido. En el trabajo que desarrollaba anteriormente realizamos un estudio muy profundo del Ciclo Básico y descubrimos realidades que paran el pelo hasta del más pelón de los analistas (es decir yo). Por ejemplo, si escogemos de forma aleatoria a nivel nacional a 100 personas que actualmente tienen 23 años, probablemente solo 5 de ellos dominarían la matemática y leerían a nivel de tercero básico. ¡Imagínense las posibilidades de estas personas para acceder a empleos bien remunerados y las posibilidades del país para la atracción de inversión para crear empleos!
Para los que tienen únicamente un título de primaria se dedican en su mayoría a ser peones en la agricultura, la pesca o el sector forestal (31%), vendedores (17%), trabajadores agropecuarios del sector exportación (9%), personal de limpieza (7%), y operadores de plantas de alimentos (6%). La situación no es tan diferente de aquellos que solo alcanzaron el Ciclo Básico: vendedores (17%), trabajadores de la agricultura para el sector exportador (12%), trabajadores agropecuarios y pescadores (11%), personal de limpieza (7%) y conductores de vehículos (7%).
Para el caso del Ciclo Diversificado, las personas se reparten en una mayor diversidad de ocupaciones, siendo las más comunes las ventas (21%), maestros (9%), oficinistas (7%), conductores de vehículos (5%) y operarios en el sector construcción (5%). A nivel de estudios post secundarios y a nivel universitario que otorgan un grado menor a la licenciatura (profesorados y técnicos), la gran mayoría estudiaron un profesorado de enseñanza media (54%) estudios en enfermería (21%), técnico en trabajo social (3%) y técnico en electricidad (3%). A nivel universitario en la carrera que más estudian es administración de empresas (15%), abogados (14%), contadores públicos y auditores (8%), administración educativa (6%), psicología (6%), y pedagogía (6%). Si comparamos la cantidad de estudiantes que se gradúan de una carrera de ingeniería versus otro tipo de carrera éstos sólo representan el 14%. Todo lo anterior nos dice varias cosas. Lo primero es que muy pocas personas se están graduando de secundaria y de niveles superiores. Ello implica que acceden a puestos laborales relacionados mayoritariamente con la agricultura, la pesca o vendiendo diferentes tipos de artículos para poder sobrevivir. Adicionalmente, a nivel universitario la gran mayoría de personas no están estudiando una carrera técnica siendo las carreras humanitarias las más escogidas. La pregunta es si esto tiene congruencia con lo que el mercado laboral demandará a futuro, y básicamente me refiero a los desafíos derivados de la automatización, los nuevos motores económicos y las competencias que deben de tener las personas para poder acceder a un empleo.
La automatización afectará más a los trabajadores con menores niveles educativos. Según PricewaterhouseCoopers, para los países desarrollados en los próximos 15 años se podrían perder la mitad de los empleos que actualmente están ocupando las personas con bajo nivel educativo y casi el 40% de las personas con medio nivel educativo. Ello contrasta con únicamente el 10% de los trabajadores con un alto nivel educativo. En países como Guatemala la automatización podría ser más lenta pero igual afectar mayormente a los trabajadores con menor nivel educativo.
Asimismo, según el foro económico mundial existen trabajos que tendrán mayor importancia a futuro: los científicos de datos, ingenieros en sistemas y robótica, analistas de Big Data y mercadólogos digitales, entre otros. Los puestos laborales que probablemente van a disminuir su participación dentro del mercado laboral son: las secretarias y asistentes de gerencia, los contadores y auditores, los trabajadores de plantas de ensamblaje, administradores generalistas de empresas y los encargados de recursos humanos, entre otros. En ese sentido, Guatemala tiene mucho rezago, ya que la gran mayoría de su población ni siquiera culmina tercero básico y los que logran tener titulaciones de niveles superiores no necesariamente implican que tengan las competencias que se necesitan para afrontar los retos a futuro. Por lo tanto el país debe mejorar la prestación de sus servicios educativos, logrando tener en las aulas a docentes que dominen lo que enseñan y sean capaces de enseñarlos, y muy importante, incentivando carreras técnicas que se acoplen al potencial productivo del país, y que tomen en cuenta que la forma de producir y hacer negocios será muy diferente en los próximos 15 años, por lo que la educación debe evolucionar para dar despuesta a esos desafíos. Para conocer más sobre la escolaridad en Guatemala, visita el tablero correspondiente en la sección de Dashboards de este sitio.
Si quieres comentar o responder a un comentario debes registrarte
Regístrate